Hay que ver con que fuerza defendía una persona el derecho de ser víctima porque si escuchamos los medios castellanos las iniciales víctimas son las de ellos, los nuestros son daños colaterales. Dicho de otra forma, son víctimas de segundo orden. A todos los franquistas les digo que sus víctimas no son más que la consecuencia de las nuestras. Si el franquismo no hubiera existido, la ETA tampoco.