En todo el mundo, los partidos son grandes maquinarias de poder y de interés por el dinero pero se ha interiorizado que se necesita el diálogo y el pueblo para la solución: el consultar debería ser una exigencia democrática. Nos tendríamos que preguntar que queremos, si se consiguiera la independencia y la situación económica sería más difícil ¿que opinaría la gente? Ahí está la cuestión.