Hay tres frentes: Gobierno de España, Gobierno Vasco y ETA y su entorno. Cada cual tira por su lado y si dos partes se pusieran de acuerdo se alejaran de los postulados de la otra. En todo caso a mi juicio ETA no está dispuesta a asumir que no sea ella la que dicte las normas y tenga el poder. Incluso con la independencia no estará conforme, sino que querrá gobernar. Que ETA abandone la vía violenta dependerá de la voluntad de los dirigentes políticos de su entorno. Si estos asumen que la vía pacífica puede desembocar en una mayor democracia y asumen que la democracia es la única forma de gobierno legítima, sin recurrir a la coacción, nos encaminaremos al final del problema.